El hipertiroidismo o morbo de Basedow-Graves puede desencadenar al lóbulo ocular una reacción inflamatoria autoinmune conocida como Orbitopatía de graves, la cual es caracterizada por los ojos salidos (exoftalmos) y de párpados muy abiertos(retracción palpebral) confieren al paciente que sufre de esta condición, un aspecto grandemente alterado respecto a la primera enfermedad.
Síntomas
Muy a menudo el primer síntoma de disfunción tiroidea, es representada por la alteración a nivel ocular entre las cuales, la retracción palpebral superior la cual es la molestia más frecuente (90%).
El párpado superior se abre excesivamente, cubriendo el blanco sobre la parte colorada del ojo (cornea) que normalmente es cubierta del mismo párpado.
Otros síntomas incluyen la inflación del párpado, que tiene una significativa variación durante el día, enrojecimiento y exceso de irritación ocular causado por la reacción inflamatoria ocular.
Algunos pacientes presentan exoftalmos (es decir; una saliente excesiva del bulbo ocular) en el 60% de los casos, mientras otros pacientes presentan además disturbios visivos, sobretodo visión doble (diplopía).
En la mayor parte de los casos las señales son síntomas clínicos descritos, que se presentan en modo de asociaciones variables de caso a caso.
En general, estas alteraciones comportan importantes variaciones de la estética y de la mirada; en los casos más severos también importantes riegos a la función visiva.
Tratamiento
Esta enfermedad presenta típicamente dos fases:
La fase inflamatoria, activa: es la primera fase y tiene una duración variable de 6 a 18 meses medicamente y tiende a resolverse espontáneamente.
En esta fase el paciente debe ser seguido del endocrinólogo, para obtener una estabilización de la función tiroidea, que puede ser alcanzada con terapia médica (tapazol), supresor (radioyodo), o quirúrgica (tiroidectomía).
Al mismo tiempo las molestias oculares que deben ser evaluadas y gestionadas junto al oculista, incluyen primariamente el uso de cortisona, cuya suministración puede realizarse por via endovenosa, oralmente o por infiltración local hecha en el párpado inferior que permite reducir las complicaciones sistémicas y maximizar el efecto terapéutico ocular.
La fase inactiva, fibrotica: es la fase que sigue luego del agotamiento de la inflamación y es caracterizada de una estabilización completa de los seños y síntomas oculares, sin seños de inflamación.
El ojo es blanco, el edema y el enrojecimiento desaparecen, pero el daño ocurrido en la fase activa que no fueron mejoradas espontáneamente o con la cortisona son permanente.
En esta fase el tratamiento médico es ineficaz y además si la función tiroidea no ha sido normalizada no se puede esperar otras mejorías.
En esta fase en cuando entra en juego el cirujano, el cual ha identificado que el cuadro se haya estabilizado al menos de 6 – 8 meses, puede ofrecer al paciente una rehabilitación estética reconstructiva completa y eficaz.
La inflamación orbitaria que causaba visión doble, estrabismo e hinchazón visible en la foto de la izquierda se trató con cortisona peribulbar. El tratamiento evitó la necesidad de una cirugía de estrabismo al devolver los ojos a la posición correcta y reducir significativamente la hinchazón de los párpados típica de esta fase activa.
Técnica quirúrgica
La descompresión orbitaria es la intervención que se realiza seguidamente para corregir la excesiva salida del bulbo ocular (exoftalmos) hoy en día se efectúa con técnicas mini- invasivas, sin dejar cicatrices visibles y con un régimen de day surgery.
La técnica prevé la ampliación del espacio orbitario óseo, gracias a la remoción de las dos partes orbitarias más delgadas y que confinan con el los conductos nasales.
Una segunda intervención podría ser necesaria, para la corrección de la retracción palpebral superior e inferior asociándola también a la remoción de la grasa en exceso si fuese necesario.
Al final de la fase quirúrgica, el paciente debe estar en un estado mayormente similar al estado de pre-enfermedad.