Parálisis del nervio facial

El lagoftalmo paralítico (imposibilidad de cerrar el ojo) que se verifica como consecuencia de una parálisis del nervio facial, es una condición que no es tolerada por tanto tiempo por el ojo que arriesga de secarse y podría enfrentar serios problemas, que pueden comprometer de manera irreversible su función.
La causa más frecuente de la parálisis del nervio facial es causada por las intervenciones neuroquirúrgicas del cerebro (neuromas del nervio acústico), intervenciones por exportación de tumores de la glándula parodita o debido a la infección herpética del canal facial (Síndrome de Ramsey-Hunt) que venían anteriormente definidas como parálisis helada o de Bell.

Hoy en día no es aún posible devolver la función al nervio dañado, pero es posible mejorar muchísimo la función del lagoftalmo paralitico con técnicas quirúrgicas modernas y eficaces.
La aplicación de una tarsorrafia (sutura de las pálpebras) para impedir que el ojo se seque y sea útil, pero deberá ser usada temporalmente.
Si la parálisis es destinada a durar más de seis meses, es apropiado pasar a técnicas más eficaces y que permitan de mantener el ojo abierto y funcional. La combinación de un implante de peso de oro en el espesor del párpado inferior, permiten una apertura normal del ojo y al mismo tiempo una cerradura que aunque no perfecta, permite al ojo no correr riesgos de exposición prolongada manteniendo un aspecto exterior del paciente lo más natural posible.

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